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A CIEGAS

- Cierra los ojos le ordené- luego la tome de la mano para llevarla al dormitorio donde me dispuse a desnudarla. Primero alce sus brazos sobre su cabeza, levante su camiseta y la saque por encima de su cabeza. Observe sus senos abrazados por un sujetador rosa decorado con encaje y lacitos, precioso. La mantuve con los brazos alzados mientras me ponía a su espalda. Su cuello se giro instintivamente Yo se lo negué girando su cabeza suavemente y obligándola a seguir quieta, tal y como yo la había colocado al llegar. Me pegue mucho a ella, note como su cuerpo se ponía en tensión mientras mis manos asían el cierre de su sujetador. Lo abrí, luego pase un dedo muy despacio desde su nuca hasta la parte baja de su espalda. De nuevo rodee su cuerpo para ponerme ante ella, baje uno de sus brazos y saque el tirante por el. Luego repetí la operación con el otro tirante dejando sus pechos libres. Deje caer la prenda de ropa al suelo y la mire unos instantes. Volví a acercarme a ella puse mi cabeza ante su boca, provocándola y empecé a descender soplando suavemente sobre su pecho y su estomago. Una vez situado sobre el botón de su pantalón lo desabroche y tire con fuerza de el hacia abajo para despues hacerla subir cada uno de sus pies y dejarla tan solo con el tanga que llevaba puesto a juego con el sujetador rosa.

- Ven - dije, la agarre por la cintura y la lleve hacia la cama. - No abras los ojos - ordene de nuevo. La acomode sobre la cama.

- ¿ Estas bien ? . le pregunte, ella asintió con un sonido. - Ahora vengo - le anuncie apartandome de la cama. Ande hasta la cómoda y abrí el cuarto cajón, donde ella guardaba parte de su ropa, busque los pañuelos con los que ella solía taparse el cuello en esos días que no son tan fríos como para llevar bufanda pero aun puede refrescar. Regrese  la cama, ate un extremo del pañuelo a la cabecera y el otro extremo a su muñeca izquierda, apretándolo suavemente pero con firmeza. Luego pase al lado derecho de la cama e hice lo mismo con su muñeca derecha.

Me quite la única ropa que llevaba, la ropa interior y me quede desnudo. Me subí a la cama y me puse sobre ella con las rodillas a cada lado de sus caderas. Me agache para acercarme a su boca, automáticamente
su respiración se acelero y note como su pecho se agitaba. Sople sobre sus labios, muy ligeramente. Los lamí levemente con la punta de mi lengua y los mordí con suavidad dejándola con ganas de un beso.

Cogí el ultimo pañuelo, lo sujete con una de mis manos dejando una sola punta colgando, y comencé a pasara por su pecho, haciendo círculos alrededor de sus pechos y pasandolo por sus pezones. Estos aumentaron de tamaño al instante con el suave contaco de la tela. Escuche como ella suspiraba. Me volví a echar sobre ella y tras ordenarle que alzase la cabeza , tape sus ojos con el pañuelo,

- Así no tendrás tentaciones - dije con una sonrisa. Volví a pegar mi boca a la de ella y ordene:

- Abre la boquita - ella obedeció, yo observe su lengua, sus dientes, sus labios, disfrutando de la belleza que encerraba. Vertí un poco de mi saliva dentro de su boca, cuando la noto ella trago rápidamente.

- No te he dicho que la tragues, sigue mis instrucciones - le dije en un tono serio.
Vale… - empezó a decir ella.
- Shhhh, no digas nada, no quiero que digas nada, solo quiero escuchar tus gemidos, ¿ De acuerdo ? - la pare yo. Ella asintió.
- Ha caído algo en el labio - comente recogiendo con mi dedo índice un poco de mi saliva que había quedado sobre su labio inferior. - Tómalo - continué, metiendo mi dedo en su boca, ella chupo mi dedo mientras yo lo movía en el interior de su boca.

- Vamos a probar otra vez - le anuncie. - Abre la boca - ella abrió de nuevo y yo volví a escupir en su interior.
- Ahora saboréala, muevela dentro de tu boca - pedí, ella cerro la boca y note como  movía mi saliva con su lengua.
- Ahora si, traga - y ella trago mientras yo miraba su cuello para ver como mi saliva descendía por su garganta. Eso me excitaba muchísimo.

Me acerque a su oreja y le susurre:

- Buena chica, te mereces un premio. - tras decir esto la bese en la boca durante unos instantes, lo justo como para dejarla con ganas de mas.


Pase mi lengua despacio por sus mejillas bajando hasta su cuello, dando ligeros besos, haciendo círculos con la punta de mi lengua sobre su piel mientras ella suspiraba de placer. Me separe un poco y la mordí de golpe, ella soltó un grito de sorpresa mezclado con excitación. Estaba muy cachondo al tenerla a mi merced, mordí su oreja y pase mi lengua por su lóbulo algo que a ella le gustaba mucho pero era casi incapaz de soportar, tenso los brazos y giro la cabeza yo la sujete por el cuello y continué lamiendo, soplando y ronroneando en su oído. Regrese a su boca de nuevo, dando lametones fuertes y rápidos sobre sus labios.

- Dame la lengua - le ordene.  Ella saco la lengua y yo la sorbí con mi boca, deleitandome con su sabor y jugosidad. Se la solté y descendí con mi boca hasta sus pechos, empecé a besar todo su contorno, despacio, sacando mi lengua un poco para rozar su suave piel. Cogí con fuerza uno de sus senos, ella gimió y me metí su pezón sonrosado en mi boca  haciendo que su boca exhalase un largo y prolongado suspiro. Mordí aquel trozo endurecido de su cuerpo mientras con mi otra mano aferraba su otro pecho. Ella resoplo y yo apreté aun mas fuerte sus tetas mientras bajaba mi cabeza hasta ponerla entre mis piernas.

- Abre las piernas - dije y sus piernas respondieron a mi petición abriéndose ante mi boca. Roce su sexo con mi boca notando la humedad que calaba su ropa interior. Lamí sus bragas impregnando mi boca con el sabor del interior de su coño. Aparte la ropa y deje al descubierto su vagina, chupe los carnosos labios de su coño e introduje mi lengua dentro suya. Su excitación aumento y note como su cuerpo se tensaba de placer. Mi lengua se concentro en su clítoris, que asomaba hinchado y rojo. Lo introduje en mi boca, roce mi lengua rápidamente sobre el y la mordí tal y como a ella le gusta que lo haga. Su espalda comenzó a arquearse mientras le sobrevenia el orgasmo, apretó las piernas cerrandolas sobre mi cabeza mientras se corría entre gemidos.

Sin dejarla descansar metí mis caderas entre sus piernas acercando mi  pene duro a su coño. Escupí sobre el y comencé a rozar mi glande contra el. A ella el encantaba y le encanta eso. Con mi otra mano pellizque sus pezones. Sus gemidos volvieron a aumentar de intensidad y en ese momento clave mi polla en ella. Con una solo penetración hundí toda mi polla en su calido coñito. Ella gimió y yo volví a sacarla y a meterla de golpe. Así una y otra vez. Cada vez que mi polla se introducía en ella, ella soltaba un grito de placer. Puse mi mano sobre su boca y cambie el ritmo, ahora me movía mas deprisa dentro de ella. Sus gemidos aumentaron aun mas y note como se volvió a correr, mordiendo la palma de mi mano.

Me quede mirando su rostro perlado de sudor y su cuerpo agitado por la excitación . Volví a colocarme sobre ella, acerque mi polla a su boca, Cuando roce mi glande con sus labios ella saco su lengua y lo lamió. Cuando lo introduje en su boca el que gimió fui yo. Me eche algo encima de ella para poder follarme su boca. Yo miraba detenidamente como mi polla entraba y salia de su boca, me excita ver como mi polla entra en su cuerpo, sea la parte que sea. Tras unos minutos de taladrar su boca, saque mi pene lleno de su saliva y comencé a masturbarme, ella solo podía percibir el movimiento de mi mano sobre mi pene. Vi como abría la boca.

- Ciérrala, ya lo probaras - ordene, ella cerro la boca y yo no pude contenerme mas. Me corrí sobre su cara, llenando sus mejillas , sus labios, el pañuelo que tapaba sus ojos y su pelo. Suspire de placer varias veces, luego estire mis manos cogí mi móvil y le hice una foto a su cara cubierta con mi leche.

- Un recuerdo - dije.
- Cabrón - respondió ella. Yo cogí parte del esperma que había caído sobre sus mejillas con mis dedos y los metí en mi boca diciéndole que se callara. Ella los limpio.
- Mas - pidió, sabiendo que verla haciendo aquello me ponía a mil. Volví a hacerlo y de nuevo los limpio, luego me acache y la bese profundamente.

Cogí unas toallitas de la mesilla y le limpie el rostro, luego la desate la cogí entre mis brazos poniéndome detrás suya, por ultimo retire el pañuelo de sus ojos. Me acerque a su oído y le susurre:

- Me encanta que seas mi esclava -
- y a mi me encanta que me domines, mi señor - respondió ella mientras yo acariciaba su brazo y besaba su nuca. 



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De Boda



Me mire al espejo mientras me afeitaba, di una larga calada al cigarro que tenia apoyado en el lavabo y solté el humo despacio.Proseguí rasurandome mientras trataba de mentalizarme. Me esperaba un día de esos que no me gustan, una boda, un compromiso social ineludible en el que uno tiene que ir perfectamente vestido, comportarse con toda la educaciónn que la ingesta la progresiva ingesta de alcohol le permita, de saludos y sonrisas falsas. Bueno ya se que esto que escribo me hace parecer un tanto asocial, y puede que lo sea, pero yo concibo las celebraciones y las fiestas como algo mas pequeño, poquita gente, en un sitio tranquilo y sobre todo cuando a mi me apetezca y jamas, jamas un día de agosto a las seis de la tarde con sus buenos cuarenta grados que me hacían sudar mientras pasaba la cuchilla por mi cara. Retire los restos de espuma de mi rostro y me metí en la ducha.

Cuando salí de la ducha continué arreglandome para la dichosa ceremonia, ponerme el traje me llevo poco tiempo, mas o menos la mitad de lo que me llevo ponerme la corbata. Me peine y me eche algo de colonia. Ya se sabe en estas citas no hay que dejar nada al azar. Una vez finalizado, me mire en el espejo, me di un notable a mi mismo, modesto que es uno,  mientras que terminaba de arreglar la corbata color plata, el resto del traje era negro, "parezco uno de seguridad"pensé. Baje la vista hacia los zapatos, observe una pequeña mancha, fui a por un trapo, la quite y por fin pude coger la cartera, el tabaco y el resto de cosas que suelo llevar, vaya donde vaya. Por ultimo metí un pañuelo en el bolsillo que se agregaba con el que decoraba el bolsillo de mi chaqueta, con el calor que hacia me harían falta los dos.

Me puse las gafas antes de abrir la puerta de la calle de mi bloque de edificios. Cuando el sol cayó sobre mi cuerpo estuve tentado, muy tentado a darme la vuelta. El calor era sofocante. Dos niñas de unos trece años que vivían un par de pisos por debajo mía se me quedaron mirando. No estaban acostumbradas a verte de esa guisa, al fin una de ellas me saludó, saludo que yo le devolví. Eche a andar hasta donde había quedado con ella mientras sacaba un cigarro del paquete y lo encendía. Fume durante todo el camino, unos diez minutos de andar no muy deprisa ya habían provocado que sudase a chorros. Me detuve a la sombra de un árbol cerca de la fuente donde habíamos quedado y me seque el sudor con la mirada fija en la dirección por donde sabia que ella vendría.

Unos cinco minutos mas tarde observe su silueta aparecer a lo lejos, mis ojos se clavaron en ella, y la intensidad de mi mirada aumentaba conforme ella se acercaba. Iba vestida con un vestido largo, color verde oscuro con reflejos con zapatos y bolso a juego y el pelo recogido en un precioso moño. Estaba espectacular y mis ojos debían brillar como los de un niño pequeño el día de reyes cuando ella se detuvo a mi lado.

- Vaya forma de mirarme - me dijo antes de darme tiempo a acercarme.
- Estas espectacular - respondí mientras acercaba mis labios a los suyos.
- Tu también- añadió ella, pasando un dedo por mis labios, manchados ligeramente de carmín.

Comenzamos a andar hasta la iglesia donde se celebraría el enlace, charlando de cosas intrascendentes, yo la miraba de vez en cuando, admirando su belleza.
- ¿Que miras tanto? - me pregunto.
- A ti, es que estas... joder, impresionante. - respondí, ella se sonrojo ligeramente.
- No es para tanto- comento, siempre modesta.
- Ya lo creo que lo es, llevo a la mujer mas guapa a la boda, de eso estoy seguro - al decir esto cogí su mano. Todos los que nos cruzábamos, sobre todo ellos nos miraban. No me puse celoso de las miradas que recibía, sino que me sentí orgulloso de llevarla a ella de la mano.

La ceremonia transcurrió con los típicas anécdotas que no faltan en toda boda. El niño que no para de berrear, el par de señoras que no paran de contarse cotilleos y pasan completamente de la ceremonia, el niño de los anillos que no te quiere claro a donde ir y mucho menos a quien darselos, y por supuesto el novio que se atranca al leer los votos. Por fortuna, la ceremonia fue corta y en poco tiempo estábamos tirando arroz sobre los novios, algunos con mas mala leche que otros, no diré a que grupo pertenezco yo. Ambos nos acercamos a los novios para felicitarlos y nos tomamos unas fotos con ellos. Tras ello unos autobuses nos esperaban para llevarnos al convite.
Por el camino, charlamos con otras de las amigas de la novia, como mi chica, y con las parejas de las que no estaban solteras. El sitio donde cenariamos estaba a unos tres cuartos de hora, en mitad del campo y era realmente bonito, arboles alto, césped, una piscina donde seguro que mas de uno terminaría la noche, en definitiva un sitio como he dicho, realmente bonito incluso para alguien tan exigente como yo, habría que felicitar a los novios por la elección.

Cuando llegamos, nos hicieron pasar a un jardín donde camareros ofrecían diversas bebidas y canapes. Tome una coca cola para mi y una copa de vino para ella y nos dispusimos a charlar con el grupo de los amigos de la novia, conversando un poco de todo, fútbol, musica y por supuesto de lo guapos que estaban los novios. Mi chica recibió también varias alabanzas e incluso una de sus amigas me dijo que yo tenia mucha suerte, " No lo sabes tu bien", pensé yo. El coctel de bienvenida paso rápidamente y pronto los camareros nos hicieron pasar a otro jardín donde estaban dispuestas para la cena, en aquel momento yo ya me notaba bastante lleno. Buscamos nuestra mesa y nos sentamos, ella se sentó en frente mía. Los platos fueron pasando y el vino fue corriendo, yo también tome un par de copas, cuando llego la carne, plato que no suele gustarle a mi chica, empecé a notar su pie, liberado de su zapato rozando mi pierna. Ella jugaba subiendo la pierna hasta casi mi entrepierna, yo la miraba pero ella apartaba la vista cuando lo hacia. No tardo en pasar de rozarme la pierna a subir directamente a tocar con su pie mi bragueta. Yo note que me ponía algo colorado, pero me excito y mi pene empezó a crecer bajo mi pantalón, ella también lo noto y fue la única vez que me miro directamente a los ojos y vi brillar una ligera sonrisa en su boca durante solo un instante. Yo seguía notando mi polla, aprisionada, deseando liberarse, no pude concentrarme en comer y aparte el plato.
En ese instante ella se levanto con el móvil y anuncio a la mesa que tenia que llamar. Yo la mire, me pareció extraño que tuviera que llamar a alguien pero ella se alejo de la mesa en dirección a una zona apartada. No había pasado un minuto cuando note mi móvil vibrar, mire mi wassap, un mensaje suyo, "Baño de chicas", Dude un instante pensando si se notaria mi erección pero me levante y me encamine a los baños, busque el de chicas y me adentre en el.

Entre y no la vi, me acerque a una esquina que el baño hacia, donde estaban los lavamanos y la vi fumando apoyada en ellos.

- Vaya, has venido - me pregunto.
- Por supuesto - dije acercandome, ella puso el cigarro en mi boca y le di una calada, cuando solté el humo ella me beso la boca metiendo su lengua dentro hasta el fondo, yo respondí moviendo la mía. La pasión se apodero de mi y la subí en la repisa de los lavabos mientras la besaba y mis manos aferraban su cintura. Mi boca busco su cuello, lo mordí, lo bese y lo lamí, ella gimió aferrando mi cabeza. Volví a besarla y luego tire de ella para ponerla en pie, yo me agache, levante su vestido en busca de su ropa interior,di un par de tirones y se las baje hasta media pierna, luego la puse de nuevo sobre los lavabos. Aparte ligeramente el vestido, baje su tanga hasta los tobillos y metí mi cabeza en busca de su coño. Adicto al delicioso sabor del interior de su vagina, húmeda, caliente, adicto a su excitante olor, adicto a los gemidos que producen el contacto de mi lengua con su coño, se lo bese, lamí, mordí, lo sorbí para meterlo en mi boca mientras ella agarraba con fuerza mi cabeza y apretaba mi cabeza contra su sexo. Sus gemidos se hicieron cada vez mas largos y sonoros. Cuando estaba apunto de correrse yo pare, saque la cabeza de entre sus piernas y puse mis ojos en los suyos.

- Yo también se jugar - le dije jadeante, cogí su cintura y la baje, y cogiendo su mano la dirigí a uno de los retretes, ella tropezó con el tanga así que se detuvo para quitárselo. Una vez dentro del retrete, corrí el pestillo y volví a besarla con fuerza, luego le di la vuelta y le subí el vestido dejando a la luz su trasero, me agache para morderlo mientras me desabrochaba el cinturón y sacaba mi polla de su momentánea prisión. Ella puso las manos contra la pared y saco su trasero, yo restregué mi polla contra sus nalgas para luego introducirla en su coño del golpe. Pase una mano por su cintura y con la otra la cogí de cuello comenzando a moverme en su interior, ella jadeo cuando sintió el calor y la dureza de mi sexo en su seno. Seguí penetrándola con fuerza cuando de pronto sentí que alguien entraba en el baño. Eran dos ya que no creo que la que escuche hablar lo hiciera sola, aunque nunca se sabe. Yo subí la mano que tenia en su cuello y le tape la boca y seguí moviéndome algo mas despacio.

- ¿ Te gusta ? - le pregunte, excitado por la situación, ella asintió girando levemente para mirarme, note en sus ojos brillantes que ella también estaba muy excitada. Mientras seguía entrando y saliendo lentamente de su cuerpo, subí la mano con la que sujetaba su cintura hasta sus pechos y los apreté alternativamente. Sus jadeos contra amortiguados por mi boca, cada vez que los apretaba me excitaron aun mas. Por fin se fueron nuestras invitadas y aparte la mano de su boca. Para agarrar su cintura con fuerza y poder meter mi polla mas fuerte en su coño. Note como el orgasmo me venia, mis gemidos alimentaron los suyos y ambos nos corrimos sin importarnos ya si alguien nos oía o no. Ella permaneció apoyada en la pared un rato mas mientras recuperaba el resuello y yo a mi vez me apoyaba sobre ella. Tras esos instantes ella se aparto de mi dejando salir mi pene del interior de su cuerpo, se giro y me beso.

- Anda sal, tengo que ponerme esto y retocarme el maquillaje - me dijo ella empujandome contra la puerta.
- No te lo pongas, en casa seguimos.- le respondí. Ella me miro sonriente meneando la cabeza, yo abrí el pestillo, me asome y salí, ella fue a cerrar la puerta pero yo puse al brazo, ella se asomo a su vez.
- ¡ Que quieres !- dijo ella, algo nerviosa ahora que su excitación se había calmado algo.
- Cielo, creo que me van a acabar gustando la bodas, solo eso - solté dandome la vuelta y caminando hacia la salida del baño. Allí no tuve tanta suerte y me encontré a la hermana de la novia que venia hacia el baño de chicas junto con otra chica cuyo nombre desconocía y desconozco. Ellas me miraron con asombro al verme salir del baño de chicas.

- Mi niña que dice que algo no le ha sentado bien - improvise, pero vi la duda en sus ojos y aunque avise a mi nena de mi excusa, durante toda la noche pudimos percibir que la gente nos miraba pero la verdad no nos importo lo mas mínimo. Sino te gusta algo, al menos hay que intentar pasárselo lo mejor posible.



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Sorpresa en la bañera

Apenas si podía oír algo que no fuera la música que atronaba el cuarto de baño. Es una costumbre muy mía, poner música alta mientras me ducho o me baño. Esta vez había decidido bañarme, tenia tiempo y me apetecía refrescarme sumergido en el agua, y eso hacia cuando un leve soplido en mi oreja me sobresalto, gire mi cabeza y la vi allí, de rodillas, vestida con un body muy sexy.
- Hola- me dijo con su voz algo ronca y me beso.
- Hola- le respondí cuando nuestras lenguas y labios se separaron.
- ¿Puedo hacer algo por ti? me pregunto, un brillo recorrió sus ojos cuando lo hizo.
- Podrías acompañarme- le sugerí yo animándola a meterse conmigo en la bañera.
-¿Eso quieres?- volvió a preguntarme. Yo asentí, ella se aparto del borde y se quito el body con un par de movimientos sugerentes. Mi boca comenzó a salivar y mi polla a ponerse dura. Ella se metió en el agua y yo me abalance sobre ella, pero ella me lo impidió empujándome de nuevo hacia atrás.
- Tu hay quiero fiera- me dijo. Se echo sobre mi y volvió a besarme, la cara, la boca, el cuello, mis orejas, muy despacio, yo alargue mis manos para aferrarme pero ella me susurro que me estuviera quieto. Le hice caso aunque me costó una barbaridad.
Ella cogió el gel y comenzó a echarlo despacio sobre mi pecho y mi estomago. Cuanto tuvo suficiente lo dejo y empezó a pasar sus manos por mi cuerpo, extendiendo el gel y creando de esta forma espuma. No dejaba de mirarme mientras lo hacia y yo notaba que cada vez que sus manos descendían se acercaba un poco mas a mi pene. Yo ansiaba que pusiera sus manos sobre el pero ella se hizo de rogar.  Ella no dejaba de mirarme fijamente a los ojos, sonriendo, una sonrisa picara, excitante, me miraba para deleitarse con mi ansia, con mi deseo, con mi anhelo.  
Por fin bajo las manos hasta mi polla, bajo la mirada para echar un vistazo a mi dura verga luego volvió a mirarme.
-Vaya, que bien esta- dijo despacio mientras una de sus manos subía y bajaba a lo largo del tronco de mi pene y su otra mano masajeaba con suavidad mis testículos. Cerré los ojos, suspire profundamente y me concentre en la maravillosa sensacion de sus dedos acariciando mi miembro. Luego note como ella recogía agua con una de sus manos y la vertía sobre mi polla para quitar los restos de espuma. Repitió la operación cuatro o cinco veces.
- No los abras- me ordeno al percatarse de que mis ojos continuaban cerrados. Yo le hice caso y me estremecí al sentir su boca sobre mi glande, aprisionandolo, llenandolo con el calor y la humedad de su lengua. Se metió mas de la mitad de mi pene en la boca y luego ascendio despacio, dejando deslizarse los labios. Volvió a hacerlo, esta vez metiéndose la polla un poco mas, yo alargue un brazo deseoso de que la introdujera entera en la boca, ansioso por apretar su cabeza contra mi cuerpo pero ella estuvo mas rápida y me lo impidio de un manotazo.
-Cabrona- susurre. Ella me respondió mordiendo ligeramente mi polla. Luego se la saco.
-Yo que tu no me diría eso cuando tengo tu polla entre mis dientes- dijo sonriendo. Yo abrí los ojos para responderle.
- Calla y cierra los ojos.- me interrumpió. Volví a cerrarlos y ella se lo introdujo entero en la boca, yo solté un largo gemido.
- Joder..-dije mientras ella subía y bajaba su cabeza, llenando toda mi polla con su saliva. Me concentre en las caricias de sus labios, de su lengua, de toda su boca dandome placer con su preciosa boca. Yo jadeaba y gemía cada vez mas, perro ella se detuvo.
-No abras lo ojos volvio a ordenarme. Note como ella se movía en el agua y cambiaba de posición.
- Abrelos y follame.- escuche que me decía, abrí los ojos y me la encontré a cuatro patas ofreciéndome su trasero, recorrí con  mis ávidos ojos las curvas de su cintura, sus nalgas, la oscura abertura que llevaba a su ano, mas abajo la sonrosada vagina. Me acerque y metí un dedo en su coño, lo note empapado.
-Metela, la quiero dentro.- urgió ella, yo cogí mi polla con una de mis manos y la aproxime a su apertura, así con fuerza con la otra mano su cadera y la metí de golpe, bien fuerte y hasta dentro, ella soltó un gemido. Le di un azote en el trasero con la mano libre antes de agarrarla también con esa mano para poder penetrarla mas fuerte. Empecé a embestirla rápida y profundamente, a cada embestida, ella soltaba un gemido. Yo disfrutaba del placer de abrirla, de escuchar sus gemidos, de la sensacion cálida de su vagina en mi pene.
-Quiero que me llenes- me pidió ella, escuchar aquello me excito aun mas, apreté mas fuerte mis manos a su cuerpo y se la metí con todas mis ganas, note que la punta de pene tocaba el fondo de su vagina.
-Llename, llename con tu leche- volvió a exigir ella jadeante, sus palabras me llevaron al orgasmo, me aferre con fuerza  a ella mientras gemía y mi esperma brotaba llenando el interior de su cuerpo.  Las oleadas de placer se fueron sucediendo hasta dejarme derrumbado sobre su espalda. Ella también jadeaba. Cuando logre recuperarme, bese su espalda y me aparte de ella , apoyando mi espalda contra la pared de la bañera. Ella se dio la vuelta, yo la así con mis manos y la atraje hacia mi, colocando su espalda contra mi pecho.

¿Te has corrido?- le pregunte, algo azorado.
Si- suspiró ¿No te has dado cuenta?- prosiguió ella. Yo dude un momento y le conteste
-No- dije poniéndome mas colorado.
-Eso es bueno, eso es que has corrido muy bien- explico ella.
- Eso es cierto- le dije yo sonriendo.
- Pues si- respondió girando su cabeza para besarme- ¿Pero sabes que?, si me quieres oír puedes correrme otra vez.- volvió a besarme.
 - Eso esta hecho- termine yo deslizando mi mano entre sus piernas.